Num. 4, Vol. 2 (2016)
ISSN:2616-4574
EL APRENDIZAJE DE LA LENGUA ESCRITA
Carlino Iván MorinigoResumen
Dado el carácter más tecnologizado de las actividades que los sujetos deben desempeñar tanto en los puestos de trabajo, con la utilización cada vez más extendida del ordenador, como en el propio hogar, con el uso de aparatos electrodomésticos, cuyo manejo exige la lectura atenta del manual de instrucciones, se constata que el acceso y al lenguaje escrito es necesario en las sociedades occidentales. Probablemente, no es exagerado afirmar que el dominio del lenguaje escrito es un medio indispensable para acceder a la cultura y al conocimiento en general. En realidad, el hecho de poseer o de carecer de este instrumento establece una frontera entre las personas. Uno de los principales objetivos de la escuela como institución es proporcionar a los niños el aprendizaje del lenguaje escrito. La tarea que la escuela tiene encomendada no es nada fácil puesto que debe competir con otros medios, tales como la televisión, los juegos de ordenador, a los cuales los niños y los jóvenes les dedican muchas horas, y, además ejercen una gran influencia sobre ellos. Como constatan muchos educadores una gran mayoría de adolescentes no sólo lee muy poco sino que además su nivel de lectura se limita al descifrado, con lo cual tienen mucha dificultad para comprender lo que leen, siendo éste uno de los problemas que más preocupan a los profesores de secundaria. La escuela debe por consiguiente, despertar el interés de los alumnos por la comunicación escrita, utilizando unos métodos de aprendizaje que tengan en cuenta las características de los aprendices, a saber, su desarrollo cognitivo y su madurez personal y afectiva, así como sus motivaciones de carácter más general. De todos es sabio, que el éxito y el fracaso escolar se fraguan, en gran medida, en relación con el aprendizaje de la lectura y de la escritura. Así pues, el aprendizaje formal de la lengua escrita constituye uno de los hitos de la enseñanza primaria. Este aprendizaje suele introducirse de forma temática alrededor de los 6 años, una edad en la que la mayoría de sujetos infantiles, como ya se ha comentado en los apartados anteriores, ha alcanzado un desarrollo considerable del lenguaje oral. Si bien en los comienzos del aprendizaje de la lengua escrita, la lectura y la escritura están íntimamente relacionadas, después adquieren una autonomía y se desarrollan como actividades diferenciadas. Así pues en este capítulo se procederá a examinar por separado cada uno de estos procesos, aparte de unas consideraciones generales de tipo pedagógico que engloban a la lectura y a la escritura. Se organiza de la siguiente manera, se aborda inicialmente el proceso de aprendizaje de la lectura, haciendo especial hincapié en los métodos y en las etapas de dicho aprendizaje; a continuación, se dedica un apartado bastante extenso a la adquisición de la lengua escrita, o sea la escritura, en el que se presentan en primer lugar, diferentes enfoques sobre las etapas que conducen a los niños a considerar los signos gráficos o las palabras escritas como representantes de la realidad. Se habla a continuación de las relaciones-diferencias y semejanzas entre el lenguaje oral y escrito, y finalmente se trata del aprendizaje de la producción escrita, con una revisión bastante exhaustiva de los temas que han estado y siguen estando en el candelero, como son entre otros la incidencia de la lengua escrita en el desarrollo cognitivo de los sujetos y la influencia de la variable edad en la construcción del texto narrativo. |
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